Volver a Artículos
Volver a Artículos
La historia de Job

La historia de Job: descubre cómo la introducción prepara el escenario

Un experimento de pensamiento antiguo

Entonces, estás en el libro de Job del Antiguo Testamento. ¡Muy bien! Prepárate para la montaña rusa mental que se encuentra por delante. Te has metido en una de las obras literarias más sofisticadas y alucinantes de la Biblia. Este libro ha sido diseñado para estimular tu mente y tu corazón al plantear enormes preguntas sobre el carácter de Dios y el significado del sufrimiento humano. Pero debes saber que no hay respuestas directas allí dentro. Más bien, se invita al lector a reflexionar sobre el dolor y la queja de Job 1, los desconcertantes discursos de Dios 2 y la conclusión sorprendente de toda la historia 3. La mayoría de la gente termina el libro sin estar segura de haber entendido, pero convencidos de que han experimentado algo profundo.

Existe un desafío particular que enfrentan los lectores modernos al leer el libro de Job y tiene que ver con la introducción narrativa que pone en marcha la historia. La extraña conversación entre Dios y la figura de "el satán" en Job 1-2, se suele malinterpretar de forma que impide a los lectores comprender las ideas principales del libro. Así que vamos a aclarar algunas cosas que te prepararán a leer este libro con más claridad.

¿Quién es este "satán"?

Primero se nos presenta a Job como un "hombre intachable y de absoluta integridad" 4 y se nos muestran ejemplos de su extrema piedad. Él ama mucho a Dios, a su familia y ofrece sacrificios por los pecados "hipotéticos" de sus hijos 5. ¡Este tipo es increíble!

De repente, somos transportados al centro divino de comando de Dios, a la sala del trono celestial, donde el personal ejecutivo de Dios se reporta para el deber. Esta es una imagen muy conocida en el Antiguo Testamento que describe a Dios como el Rey soberano sobre toda la creación 6. Es como un rey que reúne diariamente a sus oficiales, inspecciona la tierra y luego los envía a varias misiones (el contexto de la comisión de Isaías en Isaías 6:1-8). En Job 1:6, se nos dice que los seres divinos subordinados de Dios (llamados "hijos de Dios") se reportan para el deber como de costumbre, y que entre ellos está "el satán".

Ahora paremos aquí: ¿quién o qué es "el satán?" Primero dejemos las cosas claras, esta palabra no es un nombre propio, como nuestras traducciones modernas que utilizan la letra mayúscula ("Satanás") podrían conducirnos a concluir. La palabra hebrea satan es un sustantivo descriptivo, que describe a cualquier persona que "se opone" o es "un adversario" de otra persona. Por ejemplo, el rey Salomón se enfrentó a múltiples enemigos invasores cerca del final de su reinado, Hadad el edomita y Rezón, hijo de Eliada 7. Ambos son llamados en hebreo "un satán", es decir, un adversario. El mismo rey David es llamado "un satanás" por los filisteos 8. La palabra "satán" puede ser utilizada para describir a un abogado acusador en un tribunal 9. Y presta atención a este, "el ángel del Señor" es descrito como "un satán", que se opone al infame Balaam 10. Así que incluso el mensajero angelical, que representa la voluntad y la autoridad de Dios mismo puede asumir la función de un satán. Una conclusión de este estudio de la palabra hebrea es que una variedad de personas o seres celestiales puede ser descrita por la palabra satán. Esto significa que el satán que aparece en Job 1-2 no es necesariamente idéntico al ser completamente malvado llamado con ese mismo título en el Nuevo Testamento 11.

De hecho, una figura celestial llamada "el satán" aparece solo dos veces en el Antiguo Testamento. Ambas historias tienen lugar en la sala de audiencias celestiales, donde un "buen tipo" se encuentra ante Dios y su personal, y luego es acusado por "el que se opone" (o, satanás). En Zacarías 3:1-5, el satán es una figura en la sala del trono divino que acusa al sumo sacerdote de Israel de ser culpable de pecado (simbolizado por la ropa sucia). Y la respuesta de Dios es que Israel y su sacerdote representativo ya no son culpables porque el exilio de Israel ha sido suficiente castigo por romper su pacto con Dios 12. Ahora que el exilio ha terminado, Dios está dando a Israel una "nueva oportunidad", por así decir, simbolizada al dar al sumo sacerdote un nuevo conjunto de ropa limpio y nuevo. En este contexto, el satán no es malo o siniestro. Más bien, representa la acusación justa y correcta de que Israel es culpable ante Dios, y Dios contesta a este miembro de su personal diciendo que Israel es perdonado.

Entonces, ¿cuál es el sentido del "satán"?

Algo similar sucede en Job 1-2, excepto que la naturaleza de la oposición de el satán es diferente. Cuando Dios presenta a Job como un ejemplo estelar de la virtud y la piedad humana, el satán plantea la posibilidad de que el buen comportamiento de Job podría ser explicado de una manera muy diferente 13. ¿No es posible que el comportamiento virtuoso de Job esté motivado por el egoísmo? Si Job sabe que el buen comportamiento otorga la bendición divina y la abundancia, entonces podría tener toda clase de razones para ser "intachable e íntegro". Si ese fuera el caso, entonces la bondad de Job no es realmente tan buena, y, lo más importante, pone en tela de juicio la política básica de Dios de recompensar a los que lo honran y lo siguen:

Satanás le respondió al Señor: —Sí, pero Job tiene una buena razón para temer a Dios: siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es!

Job 1:9-10

Esta frase es crucial para entender las principales ideas que se están explorando en el libro de Job. El experto en Biblia hebrea, John Walton, lo dice de esta manera:

*El satán desafía la política de Dios de recompensar a los justos al sugerir que corrompe sus motivaciones y demuestra que son menos justos. Esta acusación da al libro un giro interesante, porque mientras que nos inclinamos (junto a Job y sus amigos) a pasar tiempo preguntando por qué sufren las personas justas, el satán da un giro a la pregunta y cuestiona por qué deberían prosperar. De esta manera, el libro nos da las respuestas que necesitamos a una pregunta que raramente pensamos hacer, en lugar de las respuestas que pensábamos que queríamos 14.

La gran pregunta que la mayoría de la gente se hace después de leer Job 1-2 es: ¿por qué Dios permitió que Job pasara por tanto sufrimiento? Es crucial darse cuenta de que el satán no es una figura siniestra que se empeña en dañar a Job. Y Dios no es un apostador cruel que concede los deseos malvados de Satanás. Esa es la historia equivocada, pero una que se introduce comúnmente en el libro.

No se trata del bien contra el mal

El libro de Job es literatura antigua de sabiduría israelita y su propósito no es enseñarnos cómo Satanás y Dios hacen apuestas y dejan los destinos de las personas inocentes a la deriva. Más bien, comienza con un día típico en la oficina de mando divina, y pone sobre la mesa el tema de la justa operación del cosmos por parte de Dios. ¿Es realmente sabio o justo que Dios recompense a los justos? ¿Qué pasa si eso corrompe sus motivaciones? Esto plantea la pregunta de si Dios debe recompensar todas las buenas obras y castigar a todas las malas, si es que lo hace. ¿Es posible que la gente pueda experimentar un dolor horrible y no merecerlo? ¿Pueden realmente tener éxito las personas muy egoístas y terribles en el mundo bueno de Dios? Si es así, ¿qué me dice eso sobre el carácter y los propósitos de Dios? ¿Puedo sacar conclusiones sobre el carácter de Dios basándome en mis observaciones sobre el orden moral del universo? Otra vez, John Walton:

La escena del cielo no está tratando de explicar por qué Job o cualquiera de nosotros sufre. Nunca se le habla a Job sobre esa escena, ni le habría servido de ningún consuelo. Como le he enseñado el libro de Job a estudiantes a lo largo de los años, surge con frecuencia la pregunta: "¿Qué tipo de Dios es este que utiliza a sus fieles como peones en las apuestas con el diablo?" Diría que esta pregunta se basa en un malentendido fundamental del prólogo. La escena en el cielo, así como los discursos de los amigos de Job, son parte del diseño literario de un experimento de pensamiento para generar una discusión sobre cómo Dios dirige el cosmos. El prólogo no está tratando de enseñarnos cómo se ha metido Job en una situación tan difícil, o qué seres angelicales tienen o no tienen acceso a la presencia de Dios. El mensaje del libro se ofrece al final, en los discursos de Dios, no en el escenario inicial, que solo establece el experimento de pensamiento. El libro se centra en cómo obra Dios en el mundo, no nos enseña cómo funcionan las cosas en el cielo 15.

El libro de Job nos presenta a un hombre que, según admite Dios, es intachable e íntegro y que sufre "sin razón" 16. ¿Puede suceder algo así en el mundo bueno de Dios? Esta es la pregunta teológica y ética que se explora en los diálogos poéticos a continuación en Job 3-27.

La verdadera moraleja

Un erudito judío llamado Matisyahu Tsevat ofreció una forma útil de entender el libro de Job. Propuso que el libro explora tres afirmaciones hechas sobre Dios y Job, pero que solo dos pueden ser ciertas al mismo tiempo.

  1. Dios es justo y bueno: el carácter de Dios lo obliga a actuar siempre con justicia para el bien de los demás
  2. El principio de retribución: Dios ha ordenado el mundo para que se recompensen las buenas obras y las obras malas sean castigadas
  3. La inocencia de Job: Job no ha hecho nada para merecer su sufrimiento.

Todo el argumento de los amigos de Job es que

  1. Dios es justo y bueno, con esto quieren decir que
  2. Dios ha ordenado el universo moral para que funcione a través del principio de la retribución. Por lo tanto, el sufrimiento de Job debe ser el resultado de algún mal por el que está siendo castigado.

El argumento de Job es que (3) no ha hecho nada malo para justificar este sufrimiento como castigo. ¡Y nosotros los lectores sabemos que tiene razón! El autor lo dijo en Job 1:1, ¡y Dios dijo que Job era inocente en 2:3! Job también sostiene (2) que Dios dirige el mundo mediante el principio de la retribución, que lo lleva al borde de una horrible conclusión. Quizá Dios no es justo o bueno, o, aún peor, tal vez Dios no es competente para dirigir el universo.

Job y sus amigos dan vueltas y vueltas en la rueda de hámster de sus diálogos por 24 capítulos 17, sin llegar nunca a ninguna resolución sobre su debate, lo que abre la posibilidad de que todos estén equivocados. Quizás (1) Dios es justo y bueno, y (3) Job es inocente. Quizás lo que debe ser examinado es su suposición en cuanto a que todo sufrimiento es una forma de castigo divino y toda la abundancia es una forma de recompensa.

Este es el verdadero enfoque del libro de Job y puedes ver cómo la escena celestial de Job 1-2 nos prepara perfectamente para enfocarnos en estos difíciles problemas teológicos y éticos. El personaje del satán no tiene poder sobre Job o Dios. Es como un personaje de cartón cortado en la historia, cuyo único papel es plantear las preguntas que son el verdadero foco de este libro. Esas preguntas se destacan para nosotros en los diálogos de Job y sus amigos, pero nunca se resuelven. Es solo en el poema central de Job 28, y en los discursos de Dios (Job 38-41) que descubrimos el verdadero mensaje del libro.


1. Job 1-3, 19, 29-31
2. Job 38-41
3. Job 42
4. Job 1:1
5. Job 1:2-7
6. Ver 1 Reyes 22:13-23, y Salmo 103:20-21
7. 1 Reyes 11:14, 11:23
8. 1 Samuel 29:4
9. Ver Salmo 109:6-7
10. Ver Números 22:22, 32
11. Véase, por ejemplo, Marcos 1:13
12. Ver Zacarías 1-2
13. Job 1:8-9
14. John Walton*, The Book of Job (El libro de Job) cita adaptada
15. John Walton, The Book of Job (El libro de Job) (cita adaptada)
16. Job 2:3
17. Job 3-27
Elige un idioma de preferencia.