Preguntas para la reflexión personal o conversación grupal:
El profeta Isaías esperaba la llegada de un futuro rey que hiciera un pacto de shalom (paz, bienestar) con su pueblo. Ese rey pondría el mundo en orden y sanaría todo lo que ha sido dañado. Lean Isaías 9:6-7 en voz alta juntos. ¿Qué palabras o frases específicas les llaman la atención al leer este pasaje y por qué?
El profeta Isaías anhelaba la llegada del Príncipe de Paz, cuyo reinado nos guiaría al shalom eterno. La llegada de Jesús fue el cumplimiento de las palabras de Isaías. Lean y reflexionen sobre Lucas 2:9-15 como grupo. ¿Por qué crees que Dios anunció la llegada del Rey a pastores desconocidos? ¿Qué te revela eso sobre la naturaleza de Dios y su Reino?
La historia bíblica muestra cómo la humanidad a menudo elige una forma de vida alejada de Dios y cómo sufre como resultado. Según Colosenses 1:19-23, ¿qué quería hacer Dios para remediar este dolor y cómo logró su deseo por medio de Jesús?
Jesús le ofrece su paz a todas las personas como un regalo. Lee Efesios 2:11-16. ¿Cómo hizo Jesús la paz entre dos grupos de personas muy divididos (judíos y gentiles) y por qué lo hizo (ver Efesios 2:16)?
Ahora, leamos cuidadosamente Efesios 4:1-3. ¿Cómo pueden la humildad, la amabilidad, la paciencia y el amor ayudar a mantener la unidad a la que Jesús llama a sus seguidores? ¿Qué le sucede a la unidad cuando falta una de esas virtudes?
Para los más curiosos…
Un tiempo de anticipación llena de esperanza
Durante siglos, los cristianos de todo el mundo han dedicado las cuatro semanas previas a la Navidad para prepararse para la celebración del nacimiento de Jesús. Es un tiempo en que contemplamos su primera venida mientras anhelamos su segunda venida. En las cuatro semanas de Adviento, meditamos en la esperanza, la paz, la alegría y el amor.
Llega el Príncipe de Paz
La Biblia hebrea termina con el pueblo de Dios esperando expectante al rey supremo: el ungido que iba a traer la paz al mundo. En el libro de Isaías, leemos la profecía sobre el tan esperado mesías: "Porque un niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros. Y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz".
Cuando nació Jesús, los ángeles anunciaron su llegada a la Tierra declarando: "Les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor".
Y todavía esperamos
La llegada de Jesús activó las promesas de Dios y las profecías de la Biblia hebrea. Los relatos del evangelio declaran que Jesús es Dios en forma humana, su Hijo que vino a la Tierra para reconciliar al pueblo de Dios a la alianza del pacto con Dios. Durante el Adviento, nos unimos a una tradición de varios siglos y esperamos. Así como el pueblo de Dios esperaba ansiosamente la llegada del mesías, nosotros recordamos su esperanza y anhelamos el regreso final de Jesús, cuando reúna al Cielo y a la Tierra en la nueva creación. Jesús es el Rey supremo, que encarna la paz, la alegría, la esperanza y el amor de Dios; vino a la Tierra para que pudiéramos volver a estar unidos a Dios.