¿Qué te viene en mente cuando piensas en el libro de Éxodo? ¿Quizá una misteriosa zarza ardiente que habla? ¿O un bebé en una canasta flotando solo por el río Nilo? Puede que algunos vean instintivamente una especie de Moisés protagonizado por Charlton Heston, y otros imaginen los dibujos animados de los israelitas de la película El príncipe de Egipto.
En cualquier caso, el rollo de Éxodo presenta una de las historias bíblicas más populares. Pero la familiaridad a veces puede confundirnos. ¿Entendemos la totalidad de la historia o suponemos que la entendemos porque estamos familiarizados con ciertas partes de ella?
Si toda la historia de Éxodo pertenece a una historia más grande, global e integral de la humanidad, ¡entonces es una historia que debemos conocer! Tenemos que ver cómo funcionan las dos historias en conjunto, porque Éxodo también es parte de la historia de Jesús. Y si es parte de la historia de Jesús, es parte de nuestra historia.
Desde los párrafos iniciales hasta las líneas finales, un conflicto de vida o muerte se intensifica a lo largo del rollo, y Éxodo se convierte en una historia sobre la maldad humana abrumada y cambiada por la bendición divina. Se trata de la promesa de Dios, no solo de guiar a las personas a una tierra rica en recursos, sino también de liberarlas de la esclavitud opresiva y llevarlas a la libertad floreciente que él desea para toda la humanidad.
Los movimientos del libro de Éxodo
En Proyecto Biblia, estamos realizando un viaje a través de los movimientos de la Escritura. Vamos a seguir patrones clave y a descubrir conexiones únicas a lo largo del camino. El rollo de Éxodo tiene tres movimientos literarios. A manera de recordatorio, un movimiento es un grupo de historias o poemas que se han organizado en un todo cargado de significado.
¡Echemos un vistazo!
La historia continúa
La historia de Éxodo comienza en la tierra de Egipto. En el primer movimiento, los lectores oyen el eco de la voz de Dios por medio de la voz del faraón en Éxodo 1:7. El faraón ve la fecundidad y la multiplicación en la comunidad israelita y lo lleva a sentirse amenazado y enojado.
Pero, ¿no fue Dios mismo quien le dijo a la humanidad que tuviera bebés y familias: "sean fecundos y multiplíquense" (Génesis 1:28)? Ese mandato de Dios muestra que él quiere que el pueblo sea libre, esté lleno de vida y sea parte de la creación de una nueva vida. El hecho de que el faraón se sienta amenazado por eso muestra que quiere que el pueblo sea su posesión; que esté controlado por él y que fabrique productos materiales para él. El faraón prefería que Israel muriera a que fuera libre.
Esta batalla entre el camino del faraón y el camino de Dios continúa a lo largo de Éxodo, pero no es aquí donde comienza la batalla. La batalla entre la esclavitud y la libertad comienza en Génesis.
Cuando la humanidad rechaza el regalo de la vida dada por Dios y trata de redefinir la realidad (Génesis 3), es exiliada del Edén. A partir de entonces, la humanidad experimenta una oscura espiral descendente, pero Dios no ha olvidado cómo hacer que la luz penetre en las tinieblas. Y debido a su amor por la humanidad, promete restaurar la bendición del Edén a toda la creación a través de la familia de un hombre (Abraham) (Génesis 12).
En todo el rollo de Génesis, vemos que la promesa de Dios prevalece a pesar de las guerras violentas, las hambrunas sin esperanza, el engaño de los esposos, las matriarcas impacientes, los hermanos celosos y las traiciones familiares. ¡Incluso de las serpientes venenosas! Pero el rollo termina en suspenso. ¿Qué le va a suceder a esa familia en Egipto?
Para el faraón, la fecundidad y la multiplicación de los israelitas no son buenas. Pero, ¿por qué? Él ve que ese creciente grupo de israelitas es una amenaza para su poder, así que intenta destruirlos esclavizándolos brutalmente y usándolos para duros trabajos físicos (Éxodo 1:8-11).
El plan de Dios es bendecir al pueblo, pero el plan del faraón consiste en devastarlo.
La gente empieza a pedir ayuda a gritos, clamando a Dios porque les estaban arrebatando la vida. ¡El faraón ordena a sus soldados que comiencen a matar a los niños israelitas! Y aquí la historia da un giro: el faraón dice: "¡Tiren a los primogénitos al Nilo!". Y Dios dice ya basta: "He escuchado su clamor... he descendido para librarlos..." (Éxodo 3:7-8).
Una madre israelita que trata de salvar a su hijo recién nacido lo coloca en una cesta y lo envía flotando, solo por el río Nilo, directamente a la familia del mismísimo faraón (Éxodo 2:1-10). Ese niño, Moisés, finalmente crece y se convierte en el hombre con el que Dios se alía para derrotar al faraón y dirigir a Israel.
Libres de la esclavitud
Años después, Dios se le aparece a Moisés en una zarza ardiente y le dice que confronte al faraón ordenándole que libere a los israelitas. Moisés está comprensiblemente nervioso, así que le pide a Dios que envíe a otra persona. Pero Dios promete que estará con él (Éxodo 3:12) y que Aarón, el hermano de Moisés, será quien hable en público. Dios ayuda. Él está con Moisés.
Moisés confronta al faraón, pero este se niega a dejar ir al pueblo (Éxodo 5). Y Dios responde enviando 10 plagas, cada una de las cuales confronta al faraón y a los dioses egipcios (Éxodo 7-10). Después de cada plaga, Moisés le ofrece al faraón la oportunidad de humillarse y liberar a los israelitas.
A medida que la historia continúa, el orgullo del faraón lo lleva a perder a su propio hijo, lo cual finalmente lo obliga a liberar a los israelitas. Ellos parten rápidamente, pero el faraón reúne a su ejército y los persigue hasta un rincón geográfico para un último enfrentamiento. Él esperaba que sus ejércitos masacraran a los israelitas que se encontraban atrapados entre los ejércitos que, avanzaban por un lado y las aguas letales del mar por el otro. La muerte parecía inevitable.
Pero, a través de Moisés, Dios separa el agua y crea un camino seco en medio del mar, así que logran escapar a través del agua hasta estar seguros (Éxodo 14:26-29).
Luego vienen los créditos y Whitney Houston y Mariah Carey comienzan a cantar sobre los milagros maravillosos que pueden suceder "cuando creemos". Es una broma: ¡esto no es El príncipe de Egipto!
Sin embargo, esta parte de la historia del Éxodo concluye con una canción. Es el primer canto de alabanza de la Biblia: "El cántico del mar" (Éxodo 15). La hermana de Aarón, Miriam, una profetisa, reúne a percusionistas y bailarinas para una celebración musical que vuelve a contar la historia de cuando Dios rescató a Israel de la esclavitud.
Dios tiene la misión de confrontar la maldad y el quebrantamiento de este mundo. Él redime a quienes han sido esclavizados por la maldad y los lleva a la tierra prometida, en donde vivirá con ellos. Esto es lo que sucede cuando Dios se convierte en el rey de su pueblo: las personas son libres, están llenas de vida y son parte del gobierno y la creación de una nueva vida. “¡Libera a mi pueblo!”.
Una aventura hacia la promesa
La historia continúa en el segundo movimiento de Éxodo con una invitación al Reino de Dios. A los pies del Monte Sinaí (Éxodo 19), Dios invita a la nación a que haga una alianza de pacto con él. Él está trabajando para restaurar su bendición de vida del Edén a todas las naciones a través de los israelitas (véase Génesis 12, 15, 17), y si el pueblo de Israel obedece los términos del acuerdo (es decir, Éxodo 20, los diez mandamientos), se convertirá en un "reino de sacerdotes" (Éxodo 19:6) que representará a Dios ante las naciones.
En el tercer y último movimiento de Éxodo, Moisés recibe instrucciones detalladas para fabricar una tienda sagrada llamada el tabernáculo, un micro Edén donde Dios e Israel pueden encontrarse en paz (Éxodo 25-31). ¡Es como un jardín portátil! Pero mientras Moisés está en la montaña recibiendo las instrucciones de Dios, los israelitas fabrican un ídolo de un becerro de oro para adorarlo, infringiendo con ello los primeros dos mandamientos (Éxodo 32).
Dios no está para nada contento con eso, pero Moisés ora por el pueblo apelando al carácter de Dios y a su reputación entre las naciones. Dios acepta la oración de Moisés, cede y perdona a los israelitas, renovando así su pacto con ellos. Dios podría irse, pero en lugar de eso elige permanecer fiel a sus promesas (Éxodo 34:6-7).
Cuando el rollo llega a su fin, el pueblo termina la construcción del tabernáculo y la presencia gloriosa de Dios se cierne sobre la tienda (Éxodo 40:34). Pero cuando Moisés trata de entrar a la tienda, se le impide hacerlo, y el rollo tiene un final repentino. Podemos ver que el pecado de Israel ha dañado su relación de pacto más de lo pensábamos.
El rollo de Éxodo comenzó con la maldad de faraón que amenazaba a Israel, pero cuando la historia llega a su fin, Israel se ha convertido en el peor enemigo de sí mismo. El pecado y la idolatría del mismísimo pueblo de Dios se convierten en la mayor amenaza para las promesas de su pacto.
¿Cómo va a hacer Dios para sanar el daño que la humanidad sigue causando sin dominarla por la fuerza? Incluso cuando Dios los invita a que experimenten la vida y la bendición de él, el pueblo elige la destrucción y la corrupción con tanta frecuencia que hace que nos preguntemos: ¿cómo podrían estar juntos Dios y su pueblo de nuevo?
Tendremos que analizar el rollo de Levítico para ver qué sucede.
Viaja por Éxodo con nosotros
En Proyecto Biblia, estamos realizando un viaje por los movimientos de las Escrituras y estamos siguiéndole el rastro a patrones clave y descubriendo conexiones únicas a lo largo del camino. Te invitamos a continuar (¡o a comenzar!) este viaje junto a nosotros a través de una historia antigua y a que veas que toda la Biblia es una historia unificada que nos guía a Jesús.
Al avanzar por el rollo de Éxodo, vamos a buscar y coleccionar enlaces en todos los movimientos, que pondrán de manifiesto diferentes patrones (por ejemplo: el nombre Dios, la prueba y el templo). ¡Va a ser divertido! Incluso, puede que en la historia de Éxodo descubramos algo que nunca habíamos visto.