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What Is the Narrow Gate in the Bible? (Matthew 7:13-14 Meaning)

¿Qué es la puerta estrecha en la Biblia? (el significado de Mateo 7:13-14)

¿Acaso Jesús sugiere que muy pocas personas irán al Cielo?

En Mateo 7:13-14, Jesús contrasta dos caminos de vida utilizando las metáforas de una ''puerta estrecha'' y una ''puerta ancha''. La puerta estrecha representa un camino de amor genuino y sacrificado procedente del corazón, mientras que la puerta ancha se refiere a vivir con una rectitud externa que oculta la corrupción interna. Jesús insta a elegir el camino estrecho hacia la vida verdadera.

Mateo 7:13-14 (NVI)
Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.

¿Es difícil seguir a Jesús?

En un momento clave del Evangelio de Mateo, Jesús asegura a sus seguidores que seguirlo no será difícil. "Mi yugo es fácil –dice– y mi carga es ligera”, y daré “descanso para sus almas” (1). Eso es ciertamente alentador.

Pero luego, durante su famoso Sermón del Monte, Jesús nos presenta una imagen sobre las puertas anchas y estrechas que parece sugerir lo contrario.

Entonces, ¿qué quiere decir? ¿Seguir a Jesús trae descanso a nuestras almas? ¿O el camino a la vida en el cristianismo es tan difícil y “angosto” que, a pesar de nuestros esfuerzos, solo unos pocos lo alcanzan?

Las lecturas populares de este pasaje a menudo tienden a interpretar que Jesús está contrastando la vida de perfecta observancia religiosa y piedad con la vida de total inmoralidad y libertinaje: “Hacer el bien es difícil y hacer el mal es fácil”. O dicho de manera más simple: “Casi nadie es lo suficientemente bueno para Dios y la mayoría va directo a la destrucción”.

Pero si el yugo de Jesús es fácil, y si seguirlo trae un descanso genuino a la gente cansada, entonces debe haber un significado adicional en las famosas declaraciones de Jesús que afirman que “angosto es el camino de la vida” y “espacioso es el camino de la destrucción”.

Jonathan Pennington destaca una larga tradición cristiana (nacida del movimiento pietista) que ve la “puerta estrecha” frente al “camino espacioso” como la diferencia entre el comportamiento moral e inmoral, o las prácticas piadosas frente a las impías. Pero eso no es lo que Jesús está contrastando aquí. En cambio, dice Pennington, Jesús está contrastando el camino de la observancia religiosa externa con el camino de la transformación genuina del corazón. Esta es una distinción que Jesús desarrolla a lo largo del Sermón del Monte (2).

Entonces, para comprender mejor, examinemos de cerca el contexto de la enseñanza de Jesús, incluyendo los aportes de la Biblia hebrea, para luego enfocarnos en el significado de la puerta estrecha en las enseñanzas de Jesús en el Sermón del Monte.

Dos caminos de vida a elegir

En Mateo 7:13-14, Jesús describe la misma realidad con dos metáforas bíblicas muy conocidas: la puerta estrecha frente a la ancha y el camino angosto frente al espacioso. No se refiere a puertas o caminos reales, sino a maneras de vivir.

La Biblia hebrea y otros escritos judíos, a menudo comparan el “camino” o la “puerta” de la vida elegida por los justos con el “camino” o la “puerta” de la muerte deseada por los malvados(3).

Por ejemplo, Dios advierte a Caín, hijo de Adán, que nunca se someta al “agazapado”, que describe como el pecado agazapado a “la puerta [o el portal]” (4). No tienes que ceder, dice Dios. Elige la vida en su lugar. El Salmo 1 ofrece otra poderosa comparación entre el camino de los justos y el camino de los malvados.

Hablando de los pecados del pueblo de Dios, Isaías dice esto:

Isaías 59:7-8 (NVI)
Sus pies corren hacia el mal;
se apresuran a derramar sangre inocente.
Sus pensamientos son perversos;
dejan ruina y destrucción en sus caminos.
No conocen la senda de la paz;
no hay justicia alguna en su camino.
Abren senderos tortuosos
y el que anda por ellos no conoce la paz.

Aunque muchas de estas enseñanzas judías asocian el camino malo con la corrupción y el libertinaje (6), Jesús plantea un punto diferente en el Sermón del Monte. Dice que la estricta observancia religiosa puede ser tan destructiva como la inmoralidad imprudente. La mera devoción a las conductas religiosas y a las prácticas de apariencia virtuosa es otra forma de recorrer el amplio camino hacia la destrucción.

Al principio del sermón, Jesús cita una ley bíblica que prohíbe el asesinato.

Mateo 5:21 (NVI)
Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates”. También se les dijo que todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.

Luego ofrece su interpretación ampliada de esta ley a la luz de la historia bíblica más amplia.

Mateo 5:22 (NVI)
Pero yo digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Y cualquiera que le diga: “Insensato”, quedará sujeto al fuego del infierno.

Jesús dice que las actitudes más profundas de la vida interior de una persona (el odio, la envidia y el desprecio hacia el prójimo) llevan al asesinato. Así que la prohibición original contra el asesinato no consiste simplemente en evitar que las personas se asesinen físicamente entre sí; se trata de eliminar la causa del asesinato poniendo fin a las actitudes maliciosas o despectivas hacia los demás. Jesús nos enseña con gran precisión los caminos que conducen a la vida, empezando por un examen honesto de nuestros corazones.

Abstenerse de asesinar a alguien es obviamente bueno, pero podemos seguir albergando odio hacia las personas aunque externamente las tratemos bien. Si despreciamos a otras personas o grupos de personas mientras observamos cuidadosamente la ley “no matarás”, entonces, claro, parecemos piadosos y correctos por fuera. Pero, al mismo tiempo estamos en el camino fácil, ancho y amplio que, en última instancia, destruye.

En cambio, abstenerse de albergar desprecio u odio hacia los demás, incluidos los opositores enemigos, ese es el camino espacioso. Estar lleno de deseo de reconciliación y voluntad de amar verdaderamente a los demás, incluso cuando hacerlo requiere sufrimiento, ese también es el camino angosto.

Este es el punto de la metáfora de Jesús en Mateo 7:13-14. Como escribe Pennington:

“El camino ancho y fácil que conduce a la destrucción es precisamente lo que Jesús ha estado describiendo todo el tiempo como vivir con una rectitud meramente externa, mientras que el camino angosto y ‘difícil’ es la visión que ha proyectado para una rectitud que es mayor y más profunda que el comportamiento. El camino espacioso y fácil es el de los fariseos, cuya rectitud es fácilmente definible y puede ser afirmada únicamente a nivel externo: no cometer adulterio, no asesinar, etc. El camino angosto y difícil es la visión de Jesús, una rectitud que requiere raíces profundas y la exposición de toda la persona a Dios, la verdadera virtud” (6).

Por un lado, el camino espacioso describe la elección de un corazón endurecido, que consiste en crearnos una buena vida definiendo por nosotros mismos lo que es importante y lo que no lo es, o seleccionando las reglas que nos facilitan la vida (o la vida de nuestros seres queridos). El camino hacia la destrucción es espacioso, es aquel que intenta ganarse el favor de Dios cumpliendo sus mandamientos sin aprender realmente a abrazar un amor compasivo por los demás.

Y espacioso es el camino de vida que nos convierte en personas que parecen decentes y educadas desde fuera mientras anidan maldad mortal en el corazón. Con el tiempo, estos problemas destruyen nuestra relación con Dios y con los demás. Acaban llenando nuestras vidas de amargura, juicio e indiferencia egoísta hacia el prójimo. Este es el camino seguro hacia la corrupción, incluso hacia la muerte.

Por otro lado, las personas que siguen el camino angosto viven con la intención de seguir la sabiduría más profunda de Dios (no solo la letra de las leyes). A través de la oración y la meditación de las Escrituras, permiten que los caminos de Dios penetren en sus corazones. Y con la ayuda del Espíritu de Dios, trabajan diligentemente para obedecer e imitar las enseñanzas de Jesús y su vida de amor y sacrificio.

El estilo de vida de Jesús restaura nuestros corazones y nuestras relaciones con Dios y con los demás. Él llena nuestras vidas de amor y paz, de esa profunda sensación de descanso que expresa la palabra hebrea shalom; Jesús trae descanso (verdadero shalom) a los cansados. Es la buena vida del Reino de Dios.

La elección de la puerta estrecha

En las bienaventuranzas de Jesús (7) (que son paralelas a Mateo 7:13-14), aprendemos que el Reino de Dios consiste en experimentar y encarnar el amor sacrificial de Dios y la paz con los demás, sin importar el riesgo personal.

Jesús nos llama a entablar relaciones con los demás en las que se rechacen por completo cuestiones fundamentales como la malicia, el egoísmo y la dinámica de ojo por ojo, y en las que cada persona practique el amor sacrificial de Dios y la paz activa con los demás. Estas relaciones se convierten en sí mismas en la recompensa final: un microcosmos del Reino de los cielos.

Observa, entonces, que el camino angosto no consiste solamente en entrar en el Reino de los cielos en el futuro. También nos permite entrar y experimentar este Reino ahora mismo. Su yugo es ligero, y la experiencia de caminar con Jesús es como saborear el descanso celestial de nuestras cargas. Todas son cosas buenas.

Pero hay una advertencia crítica y seria que Jesús ofrece.

Nuestra palabra española “estrecho” proviene de la palabra griega thlibo, que tiene mucho que ver con la persecución y los problemas en este contexto (8). Jesús nos advierte que elegir la puerta estrecha, o caminar por el camino angosto, implica necesariamente estar dispuesto a ser maltratado por los demás, al igual que Jesús. Para los discípulos de Jesús, eso significaba que se encontrarían con la hostilidad de los líderes de Israel y de los miembros de su comunidad, que podrían malinterpretar por qué vivían como lo hacían.

De manera similar, para nosotros hoy en día, tomar el camino angosto puede a veces causar fricción en nuestras relaciones u otros desafíos comparables. Es posible que la gente no entienda por qué vivimos como lo hacemos, y esos malentendidos a menudo resultan en sufrimiento relacional y de otros tipos.

Ante estos problemas esperados, la metáfora de Jesús también nos recuerda el nuevo Cielo y la nueva Tierra, donde todos los males serán corregidos y todos los problemas se convertirán en gozo.

Con esa esperanza viva en mente, podemos elegir la puerta estrecha sin desanimarnos por ningún peligro ni maltrato. El apóstol Pablo debió tener esto en mente cuando escribió: “Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada” (9).

El camino angosto hacia el "shalom"

Si consideramos las palabras de Jesús en Mateo 7:13-14 a la luz de todo el Sermón del Monte y la narrativa bíblica completa, podemos evitar interpretaciones exageradas que asumen que Jesús simplemente está comparando la facilidad del pecado con la dificultad de la santidad. O peor aún, que está sugiriendo que solo un grupo pequeño de personas será lo suficientemente bueno para Dios.

El contexto más amplio nos ayuda a ver su enfoque en dos caminos de vida: uno que oculta con orgullo un corazón corrupto detrás de comportamientos que parecen justos, y otro que desea humildemente un corazón transformado. El camino angosto de Jesús consiste en aprender a amar verdaderamente a todos, en todas partes.

Esto significa que el camino espacioso hacia la destrucción incluye a más personas que las que son obviamente inmorales o depravadas. Incluye a los tipos de personas que se felicitan a sí mismas por negarse a asesinar, mientras albergan amargura, odio o desprecio hacia los demás, personas que se sienten satisfechas y santas al obedecer la ley religiosa, pero que también se niegan a amar verdaderamente a Dios y a los demás. Por muy aceptable que sea socialmente ese estilo de vida, Jesús enseña que es (y siempre ha sido) el camino espacioso hacia la destrucción.

Podemos entrar por la puerta estrecha, como hizo Jesús, y confiar en su directriz para la vida: su yugo bueno. Seguir su camino angosto es un gran desafío y requiere estar dispuesto a sufrir. Y, sin embargo, él forja su yugo con amor y luz. Es razonable y no es una carga; nos da vida.

“Angosto es el camino que conduce a la vida”, dice Jesús, y este camino nos guiará finalmente a la creación renovada de Dios, al verdadero shalom.



  1. Mateo 11:29-30
  2. Pennington, Jonathan T. The Sermon on the Mount and Human Flourishing: A Theological Commentary. (Grand Rapids: Baker Academic, 2017), 273. Pennington, Jonathan T. [El Sermón del Monte y el florecimiento humano: un comentario teológico]. (B08DQHQCK5) (Proyecto Nehemías) (26 de julio de 2020).
  3. Para ver ejemplos consultar Génesis 3:24, 4:7; Deuteronomio 30:15-20; Salmos 1:6, 9:13-14, 118:15-21; Proverbios 16:25; Apocalipsis 21:25, 22:14-15.
  4. Génesis 4:7
  5. Véase además Deuteronomio 30:15-20; Proverbios 2:6-13; Isaías 59:7-8; Proverbios 9.
  6. Pennington, Jonathan T. The Sermon on the Mount and Human Flourishing: A Theological Commentary. (Grand Rapids: Baker Academic, 2017), 273-274. Pennington, Jonathan T. [El Sermón del Monte y el florecimiento humano: un comentario teológico]. (B08DQHQCK5) (Proyecto Nehemías) (26 de julio de 2020).
  7. Mateo 5:3-12
  8. Para ver ejemplos consultar Mateo 13:21; 24:9, 21, 29; Hechos 14:22; Colosenses 1:24; Isaías 26; Daniel 12:1; Habacuc 3:16; Sofonías 1:15.
  9. Romanos 8:18
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