A nosotros, en Proyecto Biblia, nos encanta la Biblia. Pero probablemente ya lo sabes. Creemos que es un libro divino-humano que anuncia la Palabra de Dios a su pueblo y, en última instancia, nos guía a Jesús, quien tiene el poder de cambiar vidas. Increíble, ¿verdad? Jesús nos transforma a través de la Biblia.
Sin embargo, a la mayoría de nosotros nos cuesta interactuar con la Biblia. Algunos sienten que es un libro opresivo de reglas obsoletas. Otros opinan que fueron tablas de oro que cayeron del Cielo y que no brindan sabiduría para el mundo de hoy. También hay quienes aman la Biblia, pero no pueden encontrar el tiempo ni la energía para interactuar con ella. O tienen miedo de no saber cómo hacerlo. Y, por supuesto, muchos de nosotros simplemente estamos estancados en una rutinaria lectura de la Biblia. Comenzamos con fuerza en enero, pero nos vamos... desanimando. ¿Tendremos más suerte el año que viene?
¡Espera! ¡Queremos ayudarte!
Creemos que vale la pena interactuar con la Biblia, incluso en febrero. O marzo. O, en realidad, cualquier día. Por eso creamos videos, pódcast y preguntas de estudio que exploran la historia unificada de la Biblia, los temas generales y los libros individuales. También por eso escribimos este artículo. La Biblia es demasiado fascinante para que alguien se quede estancado en una "rutina bíblica", así que queremos ofrecerte formas simples para interactuar con la Palabra de Dios y recursos para ayudarte con ese fin.
1. Lee la Biblia con otras personas
Leer la Biblia en comunidad es una de las formas más rápidas de salir de un estancamiento en la rutina de lectura. Es una práctica que el pueblo de Dios siempre ha tenido para recordarse quién es y a qué ha sido llamado. Sigue vigente hoy en día. Cuando nos reunimos para leer y hablar de un pasaje, nuestras historias preexistentes (y muchas veces firmemente arraigadas) sobre Dios, sobre nosotros mismos y el mundo son desafiadas. Nos vemos obligados a ver el texto de nuevas maneras y a forcejear con él, lo que nos empuja más profundo dentro de la narrativa bíblica, lo cual, a su vez, nos moldea como pueblo de Dios.
Leer junto con otras personas también nos protege de las distracciones y el engaño. Si leemos la Biblia solos, es bastante fácil (y demasiado conveniente) que la voz de Dios comience a parecerse a la nuestra. Ser parte de un diálogo más amplio sobre la Biblia nos protege de engañarnos a nosotros mismos y nos mantiene enfocados en lo que estamos leyendo. También ofrece una comunión rica y redentora, algo que todos anhelamos. Si quieres saber más sobre esta práctica, consulta el video: Lectura pública de las Escrituras.
CÓMO COMENZAR:
Una forma de leer la Biblia en comunidad es inscribirse a un plan de lectura y pedirle a alguien que se una a ti. Es muy sencillo. Lee las secciones asignadas de las Escrituras todos los días, reúnete con otra persona, personas, o grupo pequeño con regularidad para hablar de lo que has estado leyendo y luego respondan juntos a la Palabra de Dios. Puede ser tan formal o informal como quieras.
Otra forma de leer en comunidad es consultar nuestra lectura sugerida para cada libro de la Biblia. Cuando lees a eruditos brillantes, entras en la conversación que se está desarrollando en la comunidad cristiana en general. Su área de especialización te da una nueva visión de los libros de la Biblia. Es fácil pasar por alto esa nueva visión cuando lees solo. Puede que nunca conozcas a esos eruditos, pero puedes beneficiarte de la comunión con ellos a través de sus escritos.
Finalmente, te invitamos a nuestra comunidad, que abarca 229 países y tiene más de medio millón de suscriptores que se han comprometido a leer la Biblia juntos. Cuando nos dedicamos con constancia a leer y explorar la historia y a crear contenido para comunicar esa historia a otras personas aprendemos muchísimo de la Biblia. Puedes suscribirte a nuestro boletín de noticias completando el formulario “Mantente al día” al final de esta página.
2. Medita en la Biblia en privado
Leer la Biblia con otras personas no significa que no debas leer la Biblia solo. Ambas cosas son parte integral de nuestro crecimiento como discípulos. Así que si te has estancado en la lectura, otra forma de cambiar las cosas es la meditación privada. Con "meditación" no nos referimos a vaciarnos y poner la mente en blanco cantando mantras sin sentido. Muy al contrario. La meditación cristiana tiene que ver con llenar nuestro corazón y nuestra mente con lo divino, no con vaciarnos.
En términos de la lectura de la Biblia, la meditación es la práctica de sumergirse en el texto leyéndolo y releyéndolo en voz alta, lo que permite que nos hable de manera que lo oigamos y realmente lo escuchemos. Fijamos y ordenamos nuestra mente en torno al texto leyendo y releyendo hasta que las palabras clave, las frases y las ideas comiencen a penetrar en nuestras vidas. Luego masticamos esas palabras e ideas y comenzamos a hacernos preguntas que nos lleven a una reflexión más profunda. Eso nos lleva a reducir la velocidad y a experimentar el texto de manera que inunde nuestro corazón y nuestra mente con el amor de Dios. Si quieres saber más sobre esta práctica, consulta el video: La Biblia como literatura judía de meditación.
CÓMO COMENZAR:
Elige un capítulo o un pasaje de tu plan de lectura actual y enfócate en él. Si estás usando nuestro plan Una historia que nos guía a Jesús (puedes descargarlo aquí), elige una sección de la lectura para hoy y léela en voz alta varias veces (el salmo diario puede ser excelente para empezar). Permite que el texto dé vueltas por tu mente mientras murmullas las palabras en voz alta. Trata de meterte en el pasaje. ¿Qué emociones sientes? ¿Qué detalles notas? ¿Qué pensarías si escucharas esas palabras por primera vez? ¿Qué palabras o imágenes te llaman la atención? Medita en esas preguntas y permite que el amor y la gracia divinos te llenen al reflexionar sobre las respuestas.
Otra forma creativa de meditar en las Escrituras es escuchar un texto una y otra vez con una aplicación de la Biblia. Te recomendamos la aplicación gratuita de la Biblia YouVersion, que puedes descargar en cualquier dispositivo en línea en Bible.com. Cuando la hayas descargado, elige tu sección de las Escrituras y reprodúcela una y otra vez llevando a cabo las mismas prácticas ya mencionadas. Oír un texto repetidamente es una excelente forma de escuchar realmente el texto, que es el objetivo de la meditación. Sin mencionar que es más accesible para algunas personas, como los padres de niños pequeños o para aquellos que están ocupados cuidando a alguien durante tiempos difíciles.
3. Responde a la Biblia en oración
Una forma maravillosa de interactuar con la Biblia es la lectura de las Escrituras en oración, un modo de leer con la mirada puesta en encontrar palabras con las que creamos una oración de respuesta. Eso difiere de la meditación en que la meditación es adentrarse en el mundo del texto y permitirle que nos hable. En la oración nososotros le hablamos a Dios como respuesta natural al texto.
Para que quede claro, la "lectura en oración" no es concluir nuestro tiempo con la Biblia con oraciones generalizadas sobre nuestra vida. Es un tipo específico de oración que usa palabras e ideas del texto para darle forma a una oración de respuesta. Las palabras y el tono de la oración deberían reflejar las palabras y el tono del texto. Por ejemplo, si lees Lamentaciones, puedes realizar una oración de lamento que esté llena de dolor por todo el pecado y la ruina de nuestro mundo fracturado. O, si lees Filipenses, puedes realizar una oración de acción de gracias que esté llena de gozo en medio del sufrimiento usando las palabras de Pablo. No es leer y luego orar, como si ambas cosas estuvieran desconectadas. Es una lectura en oración.
CÓMO COMENZAR
El mejor lugar para comenzar es en los Salmos. El pueblo de Dios siempre ha recurrido a los Salmos para darle voz a sus oraciones. Además, fueron escritos para que se oraran y cantaran en voz alta, de modo que son perfectos para practicar la lectura en oración.
Si usas nuestro plan Una historia que nos guía a Jesús, verás que hemos incorporado esa práctica a la lectura. Todos los días se lee un salmo lentamente, se medita en él y luego se realiza una oración de respuesta. Usa las palabras del salmista y haz que se vuelvan tuyas para responder a todo lo que Dios te haya revelado en el texto. Finalmente, incorpora ese lenguaje de oración en tus responsabilidades y relaciones diarias, permitiendo que moldee tu día. Cuando hagas esto, con el tiempo, tu vida será moldeada. Es una práctica sencilla que produce enormes beneficios en términos de formación espiritual.
¡No esperes hasta el año que viene!
Sabemos que es fácil desanimarse en la lectura de la Biblia. A todos nos ha pasado. Pero no te rindas y no aceptes la idea de que el año entrante va a ser diferente. No lo será. Hoy es el mejor día para interactuar con la Palabra de Dios. Así que olvida la culpa por "lo que fue" y resiste la tentación de pensar en "lo que podría ser" y actúa hoy mismo. Prueba a mezclar y alternar las prácticas ya mencionadas y usa nuestros recursos libremente. Para eso están. Y recuerda: la Palabra de Dios es una Palabra viva que habla de vida a su pueblo y nos guía a Jesús, así que de verdad vale la pena interactuar con ella.