Aunque nunca se menciona a Dios, el libro de Ester está lleno de ejemplos en los que Dios está actuando detrás de escena en beneficio de su amado pueblo.
En el libro de Ester nunca se menciona a Dios, pero su providencia está en todas partes. Si prestamos atención, podemos ver que los hilos de su obra divina están por todas partes. El libro presenta de forma brillante momentos de “coincidencias” y “casualidad” que salvan al pueblo judío del complot de Amán para destruirlo.
Esta historia es un recordatorio de que, incluso cuando Dios parece ausente, no abandona a su pueblo. Él obra en nuestras vidas y se mantiene fiel a sus promesas aunque vivamos en pleno exilio.
La vida en el exilio
El libro de Ester, una historia clásica del bien contra el mal, es un relato único en la Biblia, que nos da un panorama del pueblo judío que permaneció fuera de su tierra natal después del exilio, en particular los que vivían en el imperio persa.
Dios usa a Ester y a su tío Mardoqueo, dos israelitas exiliados, para rescatar a su pueblo de la aniquilación. Es una historia de triunfo que el pueblo judío todavía celebra cada año en la festividad de Purim.