Después de la sección de cuatro partes sobre nuestro vínculo con el dinero, Jesús pasa a hablar de nuestras relaciones con los demás. Comienza con una instrucción: “No juzguen”. Sin embargo, el acto de juzgar puede implicar tanto evaluar como condenar. Entonces, ¿cuándo es aceptable juzgar a alguien? ¿Y qué efecto tiene nuestra forma de juzgar sobre la forma en que seremos juzgados? En este episodio, Tim y Jon exploran un mandamiento desafiante que nos invita a comprender profundamente la generosidad de Dios para tratar a los demás de la misma manera.
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