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¿Qué nos enseña el libro de Números?

Cómo confiar en Dios en el desierto

El libro de Números comienza con una larga lista de nombres y números, así que puede sorprendernos saber que la mayor parte del rollo contiene una historia épica de supervivencia, de vida o muerte. ¡Cae comida del cielo! ¡Brota agua de una piedra! ¡Pilares de fuego abren camino, espías buscan comida y enemigos gigantes amenazan!

Este libro es cualquier cosa menos aburrido. Pero también puede confundirnos.

A medida que leas, irán surgiendo preguntas complejas. ¿Cómo encaja esta historia en las narrativas globales de la Biblia hebrea (Antiguo Testamento)? ¿Por qué el libro se llama "Números"? ¿Y qué puede enseñarnos este rollo?

Resumen de libro de Números

Recordemos que Egipto había esclavizado a la nación de Israel durante 430 años. Yahweh proveyó una salida poderosa, o éxodo, de la opresión egipcia, Israel es libre. Pero los hombres, las mujeres y los niños están agotados y asustados: acaban de comenzar a vivir como personas libres. Tienen mucho que aprender. Yahweh ha acampado con ellos en el Monte Sinaí durante un año y les ha enseñado a relacionarse con él y a relacionarse unos con otros. Ahora, planea guiarlos en un largo viaje hacia la tierra que les prometió a sus antepasados.

Antes de partir de la montaña, Yahweh ordena hacer un censo: para contar a todas las personas. Alerta de spoiler: esas mismas personas van a morir (llegaremos a esa parte en un segundo) y, después de su muerte, Yahweh hará un censo de la generación que sigue. Todas esas cuentas de personas le dan su título al rollo: Números. Pero más allá de esos registros del censo, el libro de Números nos enseña sobre el penoso peregrinaje de Israel desde el Monte Sinaí hasta la tierra prometida.

¿Aprenderán estos israelitas, a quienes Yahweh rescató, a confiar en él mientras los guía por el desierto y hacia la tierra? ¿O elegirán otro camino? El resto del rollo contiene la impactante respuesta.

La preparación para el viaje (Números 1-12)

Mientras el pueblo se prepara para viajar, Yahweh organiza su campamento en una formación que sitúa el tabernáculo, el lugar de su presencia, justo en el centro. En Génesis, Éxodo y Levítico, Dios crea una y otra vez espacios donde puede vivir con su pueblo y luego coloca los símbolos de su presencia en el centro y al frente.

Yahweh quiere vivir con los israelitas en la exuberante tierra prometida y también quiere vivir junto a ellos todos los días mientras caminan con fatiga por el desierto. Él quiere que confíen en él en medio de sus dificultades y que centren todas las partes de su vida en él. Pero a los israelitas les cuesta confiar en Dios. Se quejan, desprecian la comida que él les provee e incluso desean regresar a Egipto. ¡Incluso anhelan los puerros, los melones y los pepinos que comían cuando eran esclavos!

¿Aprenderá esta generación a confiar en el buen carácter de Yahweh?

Se niegan a entrar (Números 13-25)

Llenos de miedo, quejas y dudas, los israelitas continúan su viaje hacia la tierra prometida. Cuando finalmente llegan a la frontera, 12 espías van a explorar el terreno durante 40 días. Diez espías regresan con informes horripilantes sobre enemigos gigantes, entonces, Israel se niega a entrar a la tierra ocupada.

Dos espías, Caleb y Josué, no pueden convencer al pueblo de que confíe en que Dios los sustentará en la tierra. La mayoría de ellos están convencidos de que Dios está en su contra, que está llevándolos a la tierra para matarlos por las espadas de los gigantes. Se olvidan de que Dios los rescató de la esclavitud para darles vida en la tierra prometida (no para matarlos cuando llegaran allí). Ellos llegan a la conclusión de que prefieren morir en el desierto que entrar a la tierra (Números 14:1-3).

Yahweh les da lo que quieren, cerrando la puerta a la tierra prometida y dándoles 40 años para que acampen en el desierto hasta que toda la generación muera. Sin embargo, Caleb, Josué y los hijos de la generación del Éxodo permanecerán. Esta trágica historia sigue teniendo esperanza.

Se preparan para entrar (Números 26-36)

El último movimiento de Números comienza cuando la siguiente generación acampa en el río Jordán, justo en la frontera de la tierra que Dios les prometió a sus antepasados. Nuevamente, Yahweh pide que se haga un censo y le dice al pueblo cómo tiene que dividir la tierra para que cada tribu tenga una herencia y una garantía de estabilidad cuando se instalen. Les da leyes sobre cómo vivir, todas tienen como objetivo bendecir al pueblo de la manera en que Dios ha querido desde que puso a los humanos en el jardín del Edén. Estas instrucciones son para garantizar que la nueva tierra no será opresora, como Egipto. Si el pueblo sigue los mandamientos de Yahweh, podrá disfrutar de la tierra prometida y de toda su bondad para siempre.

Desde las historias iniciales de la Biblia, Dios ha creado espacios donde el Cielo y la Tierra se superponen, para que la humanidad pueda estar cerca de él y vivir de acuerdo con su sabiduría. Pero los humanos muchas veces rechazan la sabiduría de Yahweh y, por el contrario, eligen la rebelión que conduce a la muerte. Y vemos este ciclo trágico una y otra vez a través de toda la historia de la Biblia. Así que, al final del rollo de Números, los lectores se preguntan: ¿aprenderá esta nueva generación de los errores de la generación anterior?

¿Y nosotros? ¿Qué lecciones de vida podemos aprender del libro de Números? ¿Cómo nos vemos a nosotros mismos en la historia? ¿Podemos identificarnos con la desconfianza y el miedo de Israel? ¿Aprenderemos de sus errores y confiaremos en el carácter dador de vida de Yahweh?

¿Qué significa ser verdaderamente libre y qué significará confiar en Dios plenamente a medida que avanzamos hacia el futuro que nos ha prometido?

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